Familias de Morroa celebran fin de año con la sentencia que les otorga la restitución de sus tierras
Este fin de año 18 familias de Morroa, en Sucre, tienen un motivo especial para celebrar: la Unidad de Restitución de Tierras les hizo entrega de las sentencias que les otorga la titularidad de las tierras que les arrebató la violencia vivida en la región de Montes de María.
El documento con el fallo que los beneficia lo recibieron de manos de la directora de la Unidad de Restitución para la zona, Mileth Agámez López; en una reunión que tuvo como objeto activar la ruta de cumplimiento de las órdenes judiciales de restitución y otras medidas complementarias que buscan mejorar las condiciones de vida y brindar reparación integral a las familias.
En el encuentro los funcionarios de la entidad les explicaron a los beneficiarios el alcance de la sentencia, los procedimientos a seguir para la ejecución de las órdenes a cargo de la Unidad de Restitución de Tierras e iniciaron los trámites para ingresar a los núcleos familiares en el programa de adecuación de tierras y proyectos productivos.
La Directora Territorial destacó que con el proceso de asistencia técnica para la ejecución de proyectos productivos se promoverá la asociatividad con el fin de alcanzar alternativas sólidas de producción y comercialización. “Estas familias tienen ahora el factor más importante que tiene la economía, la tierra, los acompañaremos en iniciativas productivas y los asistiremos para que puedan organizarse y lograr un proyecto en común con el que establezcan alianzas de comercialización que permitan un mejor beneficio para todos” apuntó Mileth Agámez.
Agregó que la entidad incentivará la participación de mujeres y jóvenes en las actividades productivas que se desarrollen en los predios, fortaleciendo su liderazgo y facilitando espacios de capacitación.
Para Carmen María Torres, una de las beneficiarias, este ha sido el mejor regalo de navidad, “hace tiempo estábamos esperando esta sentencia, nunca dejamos de pesar en las tierras. Aunque fueron muy duras las circunstancias por las que salimos, ya todo quedó atrás, ya sabemos que vamos a retornar y voy a darles un mejor futuro a mis hijos y a mis nietos, con los proyectos productivos he estado pensando en tener gallinas, cerdos y sembrar”
Estas 18 familias fueron adjudicatarias de las tierras en el marco de procesos de titulación colectiva liderados por el Incora en 1990, los campesinos establecieron un modelo de asociación que les permitió explotar el predio en comunidad, sin embargo; por el contexto de violencia en la región debieron abandonar sus tierras y vender en condiciones de desventaja. Hoy, su esperanza ha vuelto a renacer gracias a la labor de la Unidad de restitución de Tierras.