El drama de centenares de familias por el desbordamiento del rio Cauca en la Mojana
La llegada de la temporada de invierno para muchos campesinos de la región es una bendición, mientras que para los habitantes de La Mojana es el fin de la tranquilidad. Las fuertes lluvias cada año se convierten en un drama que se precipita con el desbordamiento del río Cauca.
El rompimiento del jarillon en Cara e Gato, es una tragedia anunciada, donde los habitantes de la zona rural de San Jacinto del Cauca, Bolívar, lo perdieron todo. Solo conservan lo que llevan puesto.
«Perdimos todo, quedamos sin nada, mire vea con lo que tenemos puesto, tengo una niña especial, todo se perdió las gallinas de patio.» Dice Marta Aldana, habitante de San Jacinto del Cauca, Bolívar.
Luego de que desbordara el río Cauca en esa zona de Bolívar, los habitantes de las veredas y corregimientos, fueron auxiliados con embarcaciones que zarparon para evitar una catastrofe. Hoy los incrédulos damnificados viven de nuevo el drama de las inundaciones, debido a que perdieron la fe por el abandono de parte del gobierno nacional.
«Una situación triste, la verdad no hay palabras, para que hacerle el llamado el gobierno si ya el la conoce, ellos estaban alertados de lo que iba a suceder.» Denuncia Jonathan Caballero, habitante de San Jacinto del Cauca.
Ante la tragedia invernal, el alcalde de San Jacinto del Cauca le hace un llamado a Eduardo José González, director Nacional de la Unidad de Gestión del Riesgo, a quien asegura le quedó grande brindar solución inmediata para evitar que la fuerza del río Cauca arrasará con viviendas, cultivos, ganados y animales de corral.
«Que en este mismo sitio donde estamos hoy con esta tragedia vino y le anunció al país, le anunció a la región de La Mojana y a nuestro municipio que en un mes estarían los recursos 14 mil millones para la afectación de Cara e Gato.» Asegura Marcial Chávez, alcalde de San Jacinto del Cauca, Bolívar.
Los pocos muebles, enseres y electrodomésticos que lograron salvar los habitantes de la zona rural de San Jacinto del Cauca, Bolívar, son la esperanza para volver a empezar y dejar atrás el drama del desbordamiento del río Cauca, que cada año suben los niveles de incertidumbre en la población ribereña.