Con una sombrilla y vestido de mujer se gana la vida en las corralejas
Mientras que la humanidad utiliza la sombrilla para protegerse del agua y de los rayos del sol, Germán Martínez conocido en el mundo del redondel como Lucoma, usa el atuendo como un refugio y una protección frente al Toro en las diversas corralejas que ha visitado, que se celebran en Bolívar, Córdoba y Sucre.
En su larga trayectoria enfrentando la fría mirada de los astados le ha sacado la manta al Toro con muletas y capotes, pero su mayor escudo es la sombrilla. Más allá de su sagacidad le rinde homenaje a la sutileza de la mujer en las fiestas taurinas.
“He recibido críticas, señalamientos. Pero es un resalto que le estoy dando a la mujer, y yo les estoy haciendo un homenaje a ellas y con ese disfraz llevo 39 años”, expresa Germán Martínez, sombrillero en corralejas.
Su personalidad desborda a flor de piel. Esa misma que le permite usar una vestimenta de mujer en el ruedo, para llevar el pan de cada día a su humilde hogar, con la firme naturaleza del hombre que lleva en su interior.
“Para mi es grande porque no es todo hombre que se va a vestir de mujer y luego va al ruedo a estirar la mano” refiere Gloria Contreras, esposa de Germán Martínez, sombrillero en corralejas.
De sus 55 años cumplido, le ha dedicado 39 años al arte de la faena como sombrillero, iniciando en el mundo de las corralejas a los 16 años, recuerda que su primera plaza fue Sampués, donde fue acogido con aplausos por su habilidad y destreza a la hora de sacarle un sombrillazo al Toro. Sin embargo en su labor ha enfrentado la muerte en dos ocasiones.
“Con un Toro de los cumplidos, hijo del Yacabó, fue donde recibí dos cornadas, una en la pierna y una en el cóccix, en la frente cuatro puntos y un golpe que me dejó inconsciente hasta el día siguiente”, relata Germán Martínez, sombrillero en corralejas.
Gloria Contreras dice que siente angustia cada vez que Lucoma, sale a robarse los aplausos con una sobrilla después de enfrentar la rudeza del animal, pero su mayor tranquilidad brota cuando su esposo salta a los palcos a recolectar la propina que le ofrecen los amantes de las corralejas.
“Angustia y como todo trabajo tiene riesgo y eso es lo que le gusta a él, yo lo acompaño donde quiera que vaya, porque si me quedo aquí en la casa es peor”, refiere Gloria Contreras, esposa de Germán Martínez, sombrillero en corralejas.
Germán Martínez o Lucoma como se conoce en la fiesta brava, conserva su sombrilla cerrada en un rincón de su humilde vivienda y solo la abre en las ferias taurinas, acompañado de su esposa, quien es su amuleto y fiel compañera de lidias para evitar un mal presagio dentro de las corralejas.