A punta de martillo y clavos carpintero sacó a su familia adelante
Don Julio Perna, asegura que a punta de martillo y clavos ha sacado a su familia adelante. Son más de 60 años los que lleva en el arte de la madera, elaborando toda clase de muebles y accesorios para la comodidad y el buen gusto de sus clientes en sus hogares.
Pese a que aprendió el arte de trabajar en las maderas finas y de elaborar muebles de calidad, dice que los resultados son la satisfacción de entregar un buen acabado a quienes confían en el talento de sus manos.
«El día a día para un carpintero en lo más difícil que hay y muy trabajado», asegura don Julio Perna, ebanista.
En su oficio de carpintero y ebanista orientada a la creación de muebles, utiliza para sus acabados maderas de calidad como el ébano, por su gran peso, durabilidad, además preciosa y majestuosa, con corteza blanca y a la vez de un elegante negro, entre otras tablas también usa la caoba, el roble, el nogal y el cedro.
«Se fabrica puerta, cama, comedor, escaparate, clóset, mecedora, todo en madera. Un trabajo ahora puede costar, cien, ciento cincuenta, doscientos, depende el trabajo que vaya hacer uno, expresa don Julio.
El costo de sus obras en madera depende del tamaño, y el valor de sus fabricaciones equivale al gusto de sus distinguidos clientes que buscan acabados con durabilidad y sobre todo de buena calidad para adornar sus hogares.
«Un clóset está costando seiscientos, vale ochocientos, depende el clóset, el grande, el ancho y el alto», dice don Julio
En su larga trayectoria ha desarrollado la capacidad de dibujar, bosquejar y realizar los planos de las camas y clóset que sus clientes piden para sus hogares, su ingenio y creatividad lo llenan de conocimientos en geometría y números, además cuenta con una gran capacidad de concentración a la ahora de elaborar sus obras en madera.
«Yo en mi vida he hecho de todo, trabajé en almacén, trabajé en Ebanistería Concepción de Arturo Cumplido, trabajé en el Almacén de Miguel Rumien, he hecho muchas cosas, trabajé en albañilería», expresa don Julio Perna.
En su pequeño taller hoy lo acompañan sus dos hijos, Julio Cesar y Juan Manuel, quienes recibieron una herencia en vida, para que nunca muera el arte de fabricar muebles en madera, por lo menos en las nuevas y futuras generaciones que hacen parte de su numerosa familia.
«Que sean honrados y el trabajo que les manden hacer que lo hagan y lo hagan bien hecho, para que los sigan buscando», dice don Julio.
Mientras que, don Julio sigue cortando, dando forma y ensamblando estructuras en madera, sus dos hijos siguen haciendo su agosto con el capital humano que heredaron de su padre, quien les deja entre sus herramientas martillos, cepillos, destornilladores y cintas métricas para elaborar piezas de mobiliario, estructuras y otros productos hechos a punta de madera.