Coronel (r) es acusado de haber cometido 35 hechos con víctimas
En la séptima sesión de Juicio Adversarial Transicional contra el coronel (r) Publio Hernán Mejía Gutiérrez, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP escuchó a dos testigos de la representación de víctimas.
La @UIA_JEP acusa a Mejía Gutiérrez de haber cometido 35 hechos con 72 víctimas de homicidio en persona protegida, desaparición forzada y tortura en persona protegida en el norte del Cesar y el sur de La Guajira, entre 2002 y 2003.
El coronel retirado es el primer alto oficial que transita por la ruta adversarial en la JEP, luego de no reconocer su responsabilidad por los crímenes que le imputó la Sala de Reconocimiento de Verdad, como comandante del Batallón de Artillería No. 2 ‘La Popa’, en la Costa Caribe.
La primera testigo presentada por la representación de víctimas en esta jornada de juicio fue la psicóloga Yeini Carolina Torres Bocachica, actual representante legal del Colectivo Psicosocial Colombiano (Copsico), quien hace siete años elaboró un peritaje sobre las afectaciones contra el pueblo Kankuamo a partir de los crímenes cometidos contra esta población. Dicho informe y sus hallazgos fueron el tema central de su interrogatorio.
Entre las consecuencias y la dimensión del daño hallado en el peritaje están: la pérdida de confianza, la polarización social, la ruptura de vínculos sociales y familiares, el miedo crónico a que hechos similares se repitan; el cambio de roles de cuidado y liderazgo entre hombres y mujeres, la pérdida de identidad por miedo a ser señalados por la estigmatización. «Ser joven, Kankuamo y tener un apellido específico, eran sinónimos de ser miembro de un grupo armado», dijo Torres.
El siguiente y último testigo presentado por la representación de las víctimas fue, Jaime Enrique Arias, quien fuera el gobernador Kankuamo en la época de los hechos. Arias habló de su labor como gobernador en términos de velar por el buen vivir y el bienestar de la población, así como la defensa de sus derechos y servir como vocero en el relacionamiento con los gobiernos locales y el gobierno nacional.
Luego, en su interrogatorio, Arias habló de las afectaciones de las que fue testigo a causa de los asesinatos de miembros de la comunidad Kankuama, presentados como bajas en combate por miembros del batallón ‘La Popa’. Habló del cambio de rol cultural como una de las principales afectaciones: «Porque nosotros, además de ser desplazados, fuimos confinados», dijo.
Es decir, los hombres no pudieron dedicarse a las labores de siembra y cultivo; y las mujeres no pudieron tejer las mochilas para que los hombres llevaran sus elementos*. Eso rompió con la armonización de la comunidad.