De Vianí, llegaron los retoños de la Banda de Música de Vientos más antigua de Colombia
A hora y media de la Capital de la República, se levanta Vianí, Cundinamarca, un municipio de los más azotados por el inicio de la pandemia.
Hoy, varios meses después, dan ejemplo al País, de bio cuidados para evitar el contagio, cuando tienen cero casos hace muchas semanas.
Vianí cuenta entre sus patrimonios históricos y culturales, con la banda de vientos con más de 135 años de creada, algo así como siglo y medio de tradición musical y de la que sin lugar a dudas da muestra clara con la interpretación de aires folclóricos del Caribe, como lo hicieron en el VIII Concurso Bandas Escuela, cuando tocaron Sapo Viejo y la Pata en el Suelo.
El semillero de su Banda Escuela ha crecido musicalmente aprendiendo a tocar bambucos, pasillos, torbellinos; al igual que, cumbias, puya y mapalé.
Sus músicos, adolescentes que están entre los 11 a los 17 años de edad, muchos provenientes de la zona rural; que aprovecharon la oportunidad para ensayar por grupos hasta que llegó el día esperado para practicar todos juntos, con la distancia social, el tapabocas y sin tocar los instrumentos de los compañeros.
“Nos las ingeniamos con clases virtuales, vídeo llamadas, trabajando por cuerdas, hasta cuando llegaba el ensayo general”, contó el maestro Alexander Moya Bocanegra, su director.
Veintitrés personas integran la Banda Escuela, en la que hay cinco niñas y los demás varones, incluyendo a Fernando Millán Junior, un joven que llegaba con muletas para no perderse el ensayo y participar en el concurso; luego de superar una intervención quirúrgica para el retiro de los tornillos por causa de una fractura de una pierna.
“En todo momento sentí el respaldo de mi maestro para continuar con mi desarrollo musical y fue una manera favorable de invertir el tiempo por causa del virus que ocasionó la pandemia”, indicó Fernando Millán.
A pesar de las dificultades ocasionadas por el aislamiento responsable, los vianiceños a lo lejos, desde sus hermosos y floridos balcones, esperaban con ansias la práctica semanal para alimentar el espíritu con la música de vientos.
“La música les llena el alma y los engrandece”, reitera Alexander Moya al referirse al proceso formativo de la Banda Escuela de Vianí.